9 enero, 2023
La encuesta CADEM publicada el 9 de enero de 2023 deja pocas dudas: el Presidente Gabriel Boric enfrenta el momento más crítico de su mandato. Con una desaprobación histórica del 70% y una aprobación que apenas alcanza el 27%, el Ejecutivo atraviesa una profunda desconexión con la ciudadanía, impulsada principalmente por decisiones impopulares como los indultos a 12 condenados por delitos cometidos durante el estallido social y al ex frentista Jorge Mateluna.
El 88% de la población supo de estos indultos y el 64% los rechaza tajantemente. El caso de Mateluna, condenado por asalto a un banco, eleva aún más el rechazo: un 74% está en desacuerdo con la medida. Este escenario no solo refleja una crisis de confianza, sino también un error político estratégico de proporciones, al privilegiar convicciones personales por sobre el criterio institucional y el sentir mayoritario.
Boric intentó justificar estas decisiones alegando convicción sobre la inocencia de Mateluna y argumentando que los 12 condenados no eran delincuentes. Pero el país no compró ese relato: 65% rechaza sus declaraciones sobre los primeros y 72% las que hizo sobre Mateluna. La ciudadanía parece no estar dispuesta a validar un indulto presidencial sin fundamentos jurídicos sólidos ni explicaciones convincentes, menos aún cuando el país enfrenta una ola delictual que tiene a los chilenos viviendo con miedo.
Esta desafección se ve reforzada por otro dato clave: el 73% de los encuestados cree que el país va por mal camino, y el 57% se muestra pesimista respecto al futuro, el peor registro en los últimos ocho años. No se trata solo de una crisis política, sino de un clima de desesperanza y pérdida de rumbo que golpea directamente la credibilidad del gobierno.
Paradójicamente, instituciones como la Fiscalía y los Tribunales de Justicia, tradicionalmente criticadas por su lentitud e ineficacia, han mejorado su evaluación ciudadana. La Fiscalía subió 10 puntos hasta llegar al 39% de aprobación, y los Tribunales alcanzaron un inédito 32%, en lo que puede leerse como una reivindicación del sistema judicial frente a la percepción de abuso del poder presidencial.
Es cierto que el mandatario aún goza de apoyo en sectores específicos, principalmente la izquierda, donde un 65% está a favor de mantener la facultad presidencial de indultar. Sin embargo, fuera de esa trinchera ideológica, el aislamiento es cada vez más evidente.
La encuesta también muestra un rechazo transversal a las decisiones de los partidos, lo que refleja una crisis sistémica más profunda. Pero el costo político de las decisiones personales del Presidente ha sido particularmente alto. Porque cuando un líder escoge decisiones simbólicas por sobre el bienestar colectivo, la ciudadanía responde. Y lo ha hecho con contundencia.
Hoy Boric enfrenta una encrucijada: rectificar el rumbo, recomponer confianzas y priorizar una agenda de seguridad, crecimiento y justicia que conecte con el ciudadano común, o profundizar la desconexión con la sociedad que alguna vez lo vio como símbolo de cambio.
El tiempo para corregir es limitado. Y el país, claramente, ya no está dispuesto a seguir esperando.
Rodrigo A. Longa T.
